El tercer día de ruta por California nos lleva hasta el impresionante parque nacional de Death Valley, el mayor en extensión de toda la Norteamérica continental. Es uno de los puntos más calientes del planeta, aunque eso no significa que no exista vida en él... De hecho, los meses de la primavera, especialmente entre mediados de febrero y finales de abril, el valle se llena de morados, naranjas y, sobre todo, amarillos, gracias al girasol del desierto. Si se quiere pernoctar en el Parque Nacional en esta época del año hay que asegurarse la reserva con bastante tiempo de antelación. La web del Death Valley National Park facilita información acerca de los alojamientos, que aunque no son demasiados, sí que ofrecen diversidad ya que se puede elegir desde campings a hoteles de categoría alta.
Pero aunque Death Valley esté realmente hermoso durante la primavera, quizás sea el otoño el mejor momento para visitarlo, si lo que se quiere es descubrir su imagen más desoladora,sin tener por ello que sufrir las altas temperaturas del verano, que hacen muy incómoda e incluso insoportable la visita. Las grandes rectas del valle y los espejismos resaltarán más en un paisaje espectacular por duro, áspero y vasto. Hay mucho hacer y ver en su territorio. Desde jugar al golf en el campo de Furnace Creek hasta pasear a caballo o descubrir algunas de sus atracciones de mano de un ranger. Si sólo se va a pasar un día de camino o de vuelta de Las Vegas, lo mejor es dirigirse directamente a los puntos más interesantes, la mayoría distribuídos en los alrededores del centro de visitantes de Furnace Creek. Como el salar Badwater, la carretera Artists Drive o el mirador de Dante. Si hay tiempo, se pueden añadir las dunas de Mesquite Flat aunque otros puntos como el mirador Father Crowley -cercano a Panamint Springs- o el castillo de Scotty, 90 kilómetros al norte del centro de visitantes, no merecen la pena a no ser que pillen de camino al llegar o salir del parque. En este mapa se pueden localizar éstos y otros lugares destacados del parque.
Dónde comer: En The 49er Café hay suculentas raciones y una amplia carta que incluye ensaladas, hamburguesas, sandwiches y más. Consultar el menú y sus precios.
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