Si se visita Koyasan, lo más acertado es pasar la noche en el pueblo y así evitar una jornada de excursión con demasiadas horas desperdiciadas en el trayecto. El entorno que rodea este centro repleto de templos es tan bello en otoño que, si la duración de la estancia en el país lo permite, merecería la pena incluso dedicarle dos días. Tanto si se opta por una noche como por dos, lo suyo es alojarse en uno de sus numerosos templos. Uno de los más agradables es el Eko-in, que ofrece 36 habitaciones sin baño (tanto los servicios como las duchas están impolutas) a 10.000 yenes por persona y noche. No es barato, pero incluye cena (ver El asunto de la comida II ), desayuno y la posibilidad, si se desea, de acudir a las oraciones matutinas. Un aviso: éstas comienzan a las seis de la mañana y, a menos que se vaya en pleno verano, hará bastante fresquito. Hay que tenerlo en cuenta, ya que en las dos salas donde tienen lugar las oraciones y la ceremonia del fuego se cuela todo el fresco de la mañana. A la hora de reservar -muy recomendable, sobre todo en temporada alta-, hay que especificar si se desea la cena sencilla o la más elaborada (un poco más cara, lo que supone un suplemento a los 10.000 yenes) Si se desea buscar otro templo, en la web de turismo de Koyasan no sólo se encontrará información sobre este bello pueblo sino también un completo listado con todos los templos que acogen visitantes.
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Hace 10 meses
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